Blogia

urbanismo

Panoramicas de ciudades latinoaméricanas

Tegucigalpa, Honduras

Santo Domingo, Rep. Dominicana

San Jose, Costa Rica

Bogota, Colombia

Quito, Ecuador

Panoramicas de ciudades Latinoamericanas

Ciudad de Mexico, Rep. Mexicana

Lima, Peru

Sao Paulo, Brasil

Buenos Aires, Argentina

Ciudad de Panama, Rep. de Panama

Caracas, Venezuela

LATINOAMÉRICA: PAÍSES ABIERTOS, CIUDADES CERRADAS

LATINOAMÉRICA: PAÍSES ABIERTOS, CIUDADES CERRADAS

 

de Luis Felipe Cabrales Barajas (coordinador)
Editado por la UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA - UNESCO

 


Latinoamérica: países abiertos, ciudades cerradas

Prólogo

Los espacios residenciales cerrados, llamados, según el lugar, urbanizaciones, fraccionamientos, loteamientos, o enclaves cerrados, gated communities, o country clubs , es una forma particular del urbanismo occidental que existe desde principios del siglo pasado pero que observa un auge sólo a partir de las últimas décadas. El libro-coloquio que aquí se presenta, explica ésta forma particular del hábitat urbano contemporáneo principalmente en ciudades de América Latina, lo cual ofrece la ocasión para reflexionar sobre este espacio, analizar sus sentidos y sus efectos y vislumbrar propuestas alternativas.

 

En la actualidad, son más frecuentes las ocasiones que tenemos de tropezar ante las murallas de las urbanizaciones cerradas, como escasas son las oportunidades de encontrarnos ante análisis serios sobre los fenómenos que atañen las sociedades contemporáneas desde sus componentes sociales, políticos y culturales. Esta es la primera razón por la cual la UNESCO, desde su Programa "Gestión de las Transformaciones Sociales" (MOST), saluda con respeto y apoya con interés ésta excelente iniciativa del Departamento de Geografía y Ordenación Territorial del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara.

 

El libro responde en gran medida a tres preguntas esenciales respecto a las formas urbanas que trata: ?Porqué su apogeo y aparente consolidación durante las ultimas décadas? ?Qué significa socialmente la aparición de éste hábitat en nuestras ciudades? ?A qué desarrollo urbano, a qué urbanismo y a qué proyecto de sociedad obedecen?

 

1. Relación espacio-sociedad

 

El espacio urbano -y sus formas particulares de ciudades y de hábitat- no es un objeto en sí, sino el resultado de procesos complejos y con múltiples centros de generación. Este resultado reviste la forma de la sociedad que lo crea, lo cual implica que al menos tres dimensiones lo caracterizan: la política, la cultural y la económica. Así, a la vez que las sociedades conforman sus espacios, las formas resultantes nos ayudan a conocer los valores, lógicas, fuerzas y relaciones de poder que las animan.

 

Por otra parte, las ciencias sociales y humanas son la fuente esencial del conocimiento de tales interpretaciones. Pero el trabajo de observación, análisis y comprensión de las formas urbanas a los que accedemos gracias a sus métodos y teorías, nos interesa en la medida en que podemos intervenir en el curso de los procesos que las producen. Esto presenta sin embargo, al menos tres desafíos dignos de tomarse en cuenta.

 

El primero es técnico. El urbanismo, la arquitectura y los mecanismos de ordenación territorial, con sus instrumentos de concepción y de planificación, y ayudados por las ciencias sociales y humanas, nos pueden dar las herramientas necesarias para proponer estrategias de cambio y alcanzar los objetivos deseados. El segundo reto, implica tratar de relacionar con éxito la producción de conocimientos científicos, la aplicación técnica y la toma de decisiones. Es decir, que esa perspectiva de posibilidades que se abre con las ciencias, las técnicas y las artes, se encausa en un punto focal único: el de las políticas urbanas, como dispositivos susceptibles de guiar -racional y democráticamente- las opciones que una sociedad se quiere dar en los espacios que va edificando. El tercer desafío es de orden ético, pues se trata de garantizar la consecución de los principios, ideales y valores que persigue el proyecto histórico de una sociedad. Naturalmente, esto supone que tales valores, claramente determinados y compartidos, constituyen el fundamento de la vida pública, de la Política con mayúscula...

 

La UNESCO, desde su vocación universal defiende una concepción plural de la vida urbana y promueve la constitución de lugares de solidaridad y de civilidad en sus dos acepciones, la de urbanidad, que se refiere a la convivencia, la apertura y a la combinación creativa de todas las diversidades sociales, culturales y étnicas, y la de vida cívica, que se refiere a la democracia.

 

Es aquí encontramos la fascinante dialéctica espacio-sociedad: la ciudad ideal, aquella a la que tendemos desde los valores y derechos universales, es en la que se construye a partir del ejercicio ciudadano de todos sus habitantes. Al mismo tiempo, hay lugares urbanos que pueden erigirse para contribuir al establecimiento de vínculos entre los individuos y el Estado, con sus derechos y obligaciones, es decir, para la formación de la ciudadanía. En este sentido, el espacio urbano y su espacio público, aparecen esencialmente como un fenómeno político por el cual el ciudadano habita la ciudad y es admitido a ejercer sus derechos políticos.

 

La fuerza del mensaje de la UNESCO respecto al urbanismo radica, de esta manera, en dos puntos principales: el reconocimiento de la diversidad como base del aprendizaje de la convivencia entre grupos sociales diferentes, y la necesidad de la democracia como sustento de la dimensión política. "Humanizar la ciudad", el lema que la UNESCO llevó a la "Cumbre de las Ciudades" (Hábitat II) en 1996, significa dos cosas: luchar por restituir a todos los ciudadanos el protagonismo que les ha usurpado la economía de la mundialización, y fomentar el desarrollo de nuevas fuerzas sociales capaces de luchar contra todas formas de opresión y de dominación.

 

Es en este marco axiológico y estratégico donde se sitúa nuestro interés por el estudio y la comprensión de la ciudad como lugar de transformaciones sociales y de los nuevos fenómenos urbanos, como son los espacios residenciales cerrados en América Latina.

 

2. Urbanización y transformaciones sociales

 

En la era presente, la urbanización es la forma más común de vida social. Tres elementos parecen caracterizar particularmente el proceso de urbanización mundial. Primero, la exacerbación de la concentración demográfica y de los movimientos migratorios en fragmentos de territorios nacionales e internacionales. Segundo, los profundos cambios inducidos por los adelantos tecnológicos y por la "mundialización económica", que tiende a distraer los propósitos democráticos y ciudadanos en los que se basa la sociedad. Tercero, la agravación de la segregación social del espacio, con sus tendencias discriminatorias de los grupos sociales indigentes, cada día más numerosos.

 

Los cambios que el neoliberalismo viene incitando, modifica las condiciones del espacio urbano, imponiéndole nuevas disparidades. Como se menciona en este libro, estos cambios se refieren principalmente a la flexibilización del trabajo, a la polarización social de la riqueza y el poder, a la retracción del Estado y de las funciones del gobierno, a la privatización de servicios y del suelo, y en términos generales, a la desregulación de lo urbano por una disminución cualitativa de las políticas sociales. La reforma del Estado consiste entre otras cosas, en procurar indiscriminadamente la inversión privada sobre el espacio y los bienes urbanos. Desde entonces, el mercado inmobiliario aparece como el protagonista del desarrollo urbano.

 

La estructura especulativa y el mercado del suelo urbano son determinantes de la concentración selectiva de grupos sociales. Varios autores afirman aquí con razón que la segregación socio-espacial es un fenómeno característico de la urbanización. Particularmente, la ciudad latinoamericana se ha construido históricamente en base a fragmentaciones territoriales y a la segregación. En ambas, se reflejan las relaciones del poder de sus sociedades, mismas que pueden revestir una gran variedad a lo largo de la historia.

 

Las urbanizaciones cerradas aparecen como paradigmáticas, presentando un interés ineludible en tanto que son expresiones de nuevos modelos de segregación social del espacio en plena propagación. Estas formas particulares de hábitat segregacionista son tolerados por las autoridades locales, impulsados por los promotores inmobiliarios y por los técnicos de la concepción y de la construcción del espacio, y aceptados aparentemente con satisfacción por sus usuarios. Forman parte de una nueva topología edilicia que pueden compartir, según algunos autores del libro, las mismas características con los malls o centros comerciales, parques temáticos y otros espacios de consumo regido por "imágenes corporativas" (o corporate identity). Esta tipología manifiesta sobre todo una manera particular de concebir la ciudad, de desarrollarla, administrarla y de practicar un cierto urbanismo.

 

Los espacios residenciales exclusivos de las ciudades aquí analizadas, tienen rasgos físicos e históricos claramente mostrados en este libro. Respecto a la estructura urbana, una de sus notas constitutivas más impresionantes, es su baja densidad de ocupación. Por ejemplo, en la periferia de Buenos Aires, 300 urbanizaciones cerradas abrigan 30.000 habitantes y ocupan 20.000 Has, superficie equivalente a la ciudad de BA, pero con solo el 1% de su población (Tella y Welch).

 

Se trata así de un tipo morfológico residencial urbano privado que establece reglas precisas de usos del suelo, de edificación y de convivencia, separado del entorno urbano por dispositivos de seguridad físicos y organizativos, respondiendo a una "segregación voluntaria". Pero sobre todo, reflejan una transformación sociocultural más profunda. ?A qué propósitos o ideales obedecen estas formas urbanas en expansión? Algunos autores del libro advierten atinadamente que estos "simulacros de seguridad y de distinción" (Méndez Sainz), significan de hecho una "copia sin original, la reconstrucción de una realidad ?sin disturbios ni inconvenientes? que nunca ha existido" (Ickx).

 

Se ponen así de relieve, con la segregación social del espacio ya mencionada, otros dos elementos fundamentales de la problemática que nos ocupa: la seguridad y la privatización. El primero es el pretexto del segundo. Este hábitat se legitima socialmente por una necesidad de seguridad, lo que lleva a sus habitantes a desligarse del espacio social con el cual ya no se identifican, o del cual quieren y pueden separarse, creando islas protegidas donde se puede estar tranquilo por la homogeneidad del "nosotros intra-clase". De ésta separación voluntaria, se pueden derivar al menos dos consecuencias: la privatización individualista y el desprecio por la alteridad. Cuando una sociedad se refugia en estos principios, camina en sentido opuesto de la búsqueda de soluciones ante los embates de la desagregación social. Llegamos así a la alternativa promisoria de cohesión social del espacio, de la que las urbanizaciones cerradas se alejan principalmente por motivos aparentes de seguridad.

 

No hay que olvidar las principales causas que afectan la cohesión social en las ciudades de América Latina: la polarización de la riqueza, la pauperización creciente de la población, la represión política, las practicas mafiosas y el tráfico de droga. Estos fenómenos son ciertamente estructurales y la segregación social, uno de sus efectos.

Urbanismo y Sociedad

La ciudad es una de las creaciones humanas más complejas. Puede ser vista como un sistema conformado por sistemas naturales, físicos y culturales, interrelacionando en un área determinada; un sistema que no es homogéneo, y que no puede ser entendido como la simple suma de sus componentes.

Las ciudades dependen de una gran variedad de recursos: territorio, materiales, alimentos, combustibles, etc; y la forma en que estos recursos son usados, administrados, transformados y desechados después de su vida útil, tiene un profundo impacto no sólo sobre los habitantes de una ciudad en particular, sino sobre el todo el planeta y sus habitantes. Los problemas ambientales urbanos tienen una repercusión a escala local, regional y global.

En la naturaleza, los sistemas metabólicos son circulares, todo es renovado y nada desperdiciado; mientras que las ciudades tienen un sistema metabólico esencialmente lineal, los recursos fluyen a través del sistema urbano sin que exista mucha preocupación por su origen, la forma en que se usan y los desperdicios que se generan durante todo el proceso.

Las ciudades son la fuente más importante de gases de efecto invernadero, y de la emisión de substancias que afectan la capa de ozono, así como también son la principal fuente terrestre de contaminación marina. La demanda urbana de recursos naturales, y la acumulación de la basura generada por las ciudades aceleran la destrucción de hábitats y la pérdida de biodiversidad.

El desarrollo histórico de las ciudades está relacionado con el desarrollo de las formas de organización humana, su desarrollo político, religioso, su poder militar, etc., pero en particular con el control humano de la naturaleza por medio de la tecnología. El hecho de que una cierta cantidad de personas pudieran desarrollar una vida sedentaria en un espacio específico, tras millares de años de una vida nómada de caza y recolección, fue posible gracias a la concentración de la producción de alimentos en un área determinada. Luego, durante mucho tiempo la ciudad dependía de la fuerza humana o animal para la producción y el transporte, y se concentraba en un área limitada, sin mayores consecuencias para el medio ambiente.
Fue después de la Revolución Industrial cuando las consecuencias ambientales de la urbanización se volvieron significativas, cuando los pobladores de las ciudades estuvieron más expuestos a concentraciones de desperdicios, y los recursos importados de otras regiones para mantener la población urbana aumentaron.

El resolver los problemas ambientales urbanos es, pues, de suma importancia para el futuro del planeta y sus habitantes.



LA HUELLA ECOLOGICA URBANA

El Dr. William Rees y Mathis Wackrnagel desarrollaron en 1992 en la Universidad de Columbia Británica el concepto de “huella ecológica”, comparando a la ciudad con un animal pastando en una pradera, ¿cuanta pradera es necesaria para producir todo el alimento que el animal necesita y absorber sus desperdicios en forma sostenible? La huella ecológica urbana es la cantidad de territorio que se necesita para mantener el nivel de consumo de una ciudad y absorber sus productos de desechos y sus emisiones. Puede ser entendida como la medida geográfica de la demanda de capital natural por parte de una población urbana.

A modo de ejemplo, la huella ecológica de Londres en 1996 era de 20 millones de hectáreas, siendo una ciudad de 159.000 hectáreas de superficie.

LOS PROBLEMAS AMBIENTALES URBANOS

Los problemas ambientales urbanos clave a los que se enfrentan las ciudades los podemos dividir en cuatro categorías, si bien no siempre actúan independientemente, y muchos son combinación de varios. Estos son:

- El acceso a infraestructura y servicios públicos
- La contaminación por desperdicios urbanos y emisiones
- La degradación de recursos
- Los peligros ambientales

Infraestructura y servicios públicos
La infraestructura y servicios más críticos desde el punto de vista ambiental son agua y sistema de saneamiento, manejo de residuos sólidos, sistema de drenaje y transporte.

El acceso al agua, un adecuado sistema de saneamiento, y una correcta recolección y tratamiento de los residuos sólidos son imprescindibles para la buena salud de los habitantes de una ciudad.

La Organización Mundial de la Salud estima que cerca de 3.2 millones de niños menores de 5 años mueren anualmente en los países subdesarrollados por enfermedades relacionadas con la falta de salubridad y con el agua contaminada, y el Banco Mundial estima que 2 millones de esos niños no morirían si tuvieran acceso a un adecuado servicio de agua potable y saneamiento.

La falta de recolección de los residuos sólidos ocasiona la creación de basurales, los cuales son fuente de contaminación y enfermedades. De modo similar, la falta de un adecuado sistema de drenaje origina agua estancada y puede ocasionar inundaciones en tiempos de lluvia.
El transporte, como infraestructura fundamental en las ciudades, puede ser un problema ambiental serio. Un transporte público inadecuado, el uso individual del automóvil, la falta de mantenimiento de las vías, la escasez de vías para bicicletas, el incumplimiento de las leyes de tránsito y la falta de educación vial de los usuarios contribuyen a la congestión vehicular, los accidentes automovilísticos, la contaminación atmosférica, etc.

Desperdicios urbanos y emisiones
Muchas actividades que se realizan en la ciudad generan contaminantes que afectan al aire, al agua, y al suelo. Los problemas de contaminación atmosférica están estrechamente ligados al uso de la energía, y es un serio problema en ciudades que carecen de poca ventilación, gran cantidad de vehículos e industrias.

Si bien en muchas ciudades de países desarrollados la calidad del aire se ha mejorado en los últimos años, la gran amenaza que aún persiste es el aumento del tráfico rodado debido a la expansión territorial de las ciudades. Los nuevos modelos de urbanización y uso del suelo, grandes comunidades exclusivamente residenciales esparcidas en extensas áreas, y servicios comerciales concentrados en puntos específicos y alejados de aquellas, obligan a los habitantes al uso intensivo del automóvil, con el consiguiente aumento de las emisiones.

La contaminación atmosférica urbana trae consigo problemas de salud para los habitantes, daños a los edificios y a la vegetación, y es una importante fuente de emisión de gases de efecto invernadero, cuyas consecuencias se dejan ya sentir a nivel global.

La contaminación del agua en las ciudades incluye las descargas municipales e industriales. Cuando las industrias descargan efluentes sin tratar directamente en aguas superficiales o el suelo, contribuyen a la contaminación del agua superficial y el agua subterránea, lo que puede hacerla inapropiada para los regadíos o el consumo humano. Por otro lado, la descarga de efluentes sin previo tratamiento en la red municipal de saneamiento puede dañar esta infraestructura y/o interferir en el tratamiento que se hace del agua que circula en estas redes. La contaminación de aguas superficiales como ríos, lagos y costas conduce a problemas ecológicos y a problemas de salud, ya sea por el contacto directo con esta agua o por el consumo de peces y alimentos marinos contaminados. También puede tener consecuencias negativas en las actividades pesqueras y el turismo.

La recolección inapropiada de residuos, así como también un mal depósito y tratamiento de los mismos puede conducir a la proliferación de enfermedades además de a la contaminación antes citada. Metales pesados, plásticos y substancias no biodegradables pueden ocasionar graves daños al medio ambiente. Un tratamiento especial requieren los desechos tóxicos. Por otro lado, el mal depósito de los residuos también puede ocasionar accidentes fatales.

Degradación de recursos
El desarrollo de la ciudad sobre el territorio perjudica a los ecosistemas circundantes de dos formas: Primero, la construcción de la ciudad sobre áreas ecológicamente sensibles puede conducir a la pérdida de importantes hábitats, y segundo, al reemplazarse tierra productiva por áreas urbanizadas, aumenta la presión sobre las áreas productivas que van quedando; la agricultura, la ganadería y la explotación forestal se vuelven más intensas y perjudiciales para el medio ambiente.

También los lugares y edificios que tienen un valor histórico y/o cultural están expuestos al deterioro o desaparición si el desarrollo urbano se realiza en forma irresponsable.



Peligros ambientales
Los peligros ambientales pueden ser originados por causas naturales o humanas, así como también por una combinación de ambas. Entre los peligros naturales en una ciudad están los terremotos, huracanes, inundaciones, incendios y muchos otros fenómenos. Por su parte, los peligros ambientales causados por el hombre tienen que ver con los accidentes causados por industrias, tráfico, servicios públicos, etc.

La acción del ser humano puede extender y profundizar el riesgo ante los peligros ambientales, por ejemplo, una construcción incorrecta que genera edificios incapaces de resistir terremotos, asentamientos urbanos en áreas inundables o desmoronables, sistemas de drenaje obstruidos que facilitan inundaciones, etc.

Muchos de los problemas ambientales de las ciudades se dan a nivel local, generándose y afectando a ciertas zonas de la ciudad o a la ciudad en su totalidad, pero muchos de ellos más que afectar a un lugar en particular tienen consecuencias a nivel global, afectando a otras ciudades y al planeta en general. Entre estos problemas globales encontramos:

- Los gases de efecto invernadero
Las ciudades consumen el 80% de los combustibles fósiles, por lo tanto son una de las principales fuentes de emisión de dióxido de carbono.

- Aumento del nivel del mar
Las ciudades son uno de los elementos que más contribuye al calentamiento global, y aquellas que se encuentran en las zonas costeras serán víctimas del aumento del nivel del mar que se espera por causa de este calentamiento.

- Contaminación de las aguas
Como se dijo previamente, las ciudades constituyen la principal fuente terrestre de contaminación de los océanos.

- Explotación de recursos
Hoy en día las ciudades son abastecidas por recursos provenientes de distintas partes del planeta, por lo que el manejo ineficiente de estos en una ubicación concreta afecta el medio ambiente de otra zona distante donde, por ejemplo, puede conducir a la sobreexplotación.

LOS PROBLEMAS URBANOS Y EL DESARROLLO

No todos los tipos de problemas ambientales anteriormente nombrados afectan a todas las ciudades por igual, de hecho existe una estrecha relación entre el grado de desarrollo de una ciudad y el tipo de problemas ambientales que esta enfrenta.

Las ciudades más pobres son las más afectadas por los problemas de acceso a la infraestructura y a los servicios públicos, así como por la ocupación de tierras que no deberían ser ocupadas. También son las más contaminadas dentro de los límites urbanos, mientras que las ciudades mas desarrolladas han resuelto totalmente este tipo de problemas, pero enfrentan otros más sofisticados de contaminación y desperdicios, que son generales y globales.

También dentro de una misma ciudad el rango de problemas ambientales urbanos se experimenta varía dependiendo de la clase económica de los habitantes. Generalmente esto se debe a la ubicación física de las clases sociales dentro de la ciudad (las clases más privilegiadas se ubican en las mejores zonas), y al poder político y económico que estas diferentes clases tienen.

Por otro lado, la huella ecológica de una ciudad no está tan directamente relacionada con la cantidad de habitantes como con su nivel de consumo, el cual está a su vez relacionado con su nivel de riqueza. Así, una ciudad ubicada en el primer mundo, donde el nivel de consumo de productos y energía es alto, tendrá una huella ecológica mucho mayor que una ciudad de igual número de habitantes ubicada en un país pobre. En promedio, una ciudad norteamericana de 650.000 habitantes tiene una huella ecológica de 30.000 Km2, mientras que en una ciudad similar en la este parámetro llegaría apenas a 2.800 Km2.

Se calcula que para que todos los habitantes del mundo tuvieran el mismo nivel de vida medio que los habitantes de Estados Unidos haría falta una cantidad de recursos equivalente a seis planetas como el nuestro, hecho que demuestra que la sustentabilidad va más allá de lo puramente ecológico, y que está relacionada íntimamente con factores económicos y sociales.

EL PLANEAMIENTO URBANO AMBIENTAL

Actualmente existen dos formas de integrar la problemática ambiental al planeamiento y la administración de las ciudades: la primera es una forma reactiva, y la segunda es una visión estratégica.

La primera de estas formas incluye el planeamiento post-desastre y la Evaluación de Impacto Ambiental específica para cada nuevo proyecto, donde se establecen medidas para mitigar el impacto ambiental del mismo. La segunda forma desarrolla e implementa planes de acción ambientales locales.

En este último tipo de acercamiento se desarrollan políticas programas y proyectos para mejorar o prevenir los problemas, y generalmente incluyen la participación de diferentes sectores. Esta última forma es la más recomendable.

CONCLUSIÓN

En 1800 Londres era la única ciudad con 1 millón de habitantes. Para aquella época, las cien ciudades más grandes el mundo totalizaban un total de 20 millones de habitantes, y cada una se extendía unos pocos cientos de hectáreas. En 1990 las cien ciudades más grandes totalizan 540 millones de habitantes y se extienden cientos de miles de hectáreas.

En el año 2000 la mitad de la población mundial vivía en áreas urbanas, y la cantidad de personas que viven en ciudades ha aumentado y lo seguirá haciendo.

Si bien el problema va más allá de la temática urbana y tiene que ver con el aumento de la población mundial y con problemas económicos y sociales muy complejos, el hecho de que la mayor parte de los habitantes del planeta se concentren en ciudades nos obliga a buscar mecanismos y soluciones para que las ciudades sean más sustentables. Algunas de las acciones que pueden hacer una ciudad más sustentable son:

- Hacer un uso más eficiente de los recursos y la energía
- Producir la menor cantidad de desperdicios posible
- Que todos sus habitantes tengan acceso a los servicios públicos
- Un uso más racional del territorio, procurando una ciudad más densa frente a la extensión excesiva
- Buscar que su metabolismo sea lo más circular posible
- Procurar que todos sus habitantes alcancen una buena calidad de vida, sin provocar con ello un aumento desorbitado del consumo


Si bien alcanzar totalmente estos objetivos es muy difícil, y quizás parezca una utopía, si se trabajara por ellos desde cada sector de la sociedad se lograría un mejoramiento de la situación actual, y no cabe duda que en este campo los arquitectos cumplimos un rol primordial, de modo que buena parte de la responsabilidad está en nuestras manos.


Producción original de Todoarquitectura.com